En español, el uso del pronombre “se” puede expresar impersonalidad cuando la oración carece de sujeto. Es decir, cuando no mencionamos quién realiza la acción o la generalizamos como si todos la hicieran de la misma manera.
Ejemplos:
- En Brasil se come muy bien.
- No se puede fumar en la barra del restaurante.
- No se permiten animales.
- Se reparan celulares.
Observe el diálogo abajo:

- Júlia, me encantaría trabajar aquí, pues me parece ser una buena empresa.
- ¡Qué bueno, María! Sin embargo, me gustaría señalar la importancia de realizar un excelente trabajo, pues aquí se trabaja mucho y, además, se exige mucha proactividad de los empleados.
TIPS DEL PROFESOR
¡Dato importante! Los verbos que vienen después del pronombre impersonal “se” siempre deben estar conjugados en la tercera persona del singular (ella/él/usted) o en tercera persona del plural (ellos/ellas/ustedes)
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¡HORA DE PRACTICAR!